La orden religiosa de los Jesuitas: La compañia de Jesus



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La orden religiosa de los Jesuitas: La compañia de Jesus

J. Jesús Gómez Fregoso, s.j.

Un año después se presentaron los primeros jóvenes de ascendencia española nacidos en México que deseaban incorporarse a los jesuitas; fueron tres, entre ellos Juan de Tovar, hijo de un español y una muchacha noble de Texcoco. Era Tovar experto en la lengua náhuatl o mexicana, y dejaría después un documento muy importante para la historia que se conoce como el Códice Tovar, aunque muchos prefieren llamarlo Códice Ramírez. Tovar inauguró una interesante tradición entre los jesuitas de México: el cultivo de las lenguas, porque, junto con el latín y el griego, los seminaristas debían aprender el idioma mexicano o náhuatl, antes incluso de dedicarse a la filosofía y la teología.

La actividad fundamental de los jesuitas durante el periodo colonial se desarrolló en tres campos: los templos de las ciudades, las misiones en poblaciones indígenas y el trabajo en colegios. Paralela a estas tres actividades fue la preocupación por escribir libros y folletos.

En los templos

Muy acordes con toda la vida y la cultura del virreinato, en aquellos siglos sin medios de comunicación, se esforzaban en cultivar los únicos vehículos de transmisión de cultura: los libros y la predicación. Concedían gran importancia a la formación de predicadores para las frecuentes y largas ceremonias en los templos, donde también se concedía gran importancia al ministerio de oír confesiones, al que dedicaban muchas horas. El servicio a los fieles incluía la continua atención a los moribundos y la visita frecuente a cárceles y hospitales.

Misiones

El trabajo misional comenzó desde el principio, y en 1573 se inauguraron las doctrinas dominicales en lengua náhuatl, que con el tiempo dieron nacimiento al Colegio de San Gregorio, del que ya en 1611 se hablaba como de un colegio fundado con el fin de acudir a la buena educación y crianza de los niños más principales en esta tierra.

Misionaron los jesuitas sobre todo en Pátzcuaro, Oaxaca, San Luis de la Paz. En Veracruz se dedicaron a la atención de negros y mulatos, pero su trabajo misional fue especialmente significativo en los territorios más al norte: en los actuales estados de Sinaloa, Durando, Chihuahua, Sonora, Coahuila y Baja California. En estas regiones la conquista espiritual fue diferente de como se desarrolló en la parte del centro, sur y sureste del país, donde el sometimiento de los imperios azteca y maya precedió a la labor de los misioneros. En el norte, los misioneros iban por lo común acompañados de algunos soldados especiales, pero sin conquista militar previa. Este hecho explica elocuentemente por qué en las regiones de los antiguos dominios azteca y maya sólo ha habido dos o tres misioneros sacrificados por la población indígena, mientras que en el norte hubo un buen número de misioneros sacrificados: en Sinaloa, Durango, Chihuahua, Sonora y Baja California.


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Posted on

February 16, 2015